13 jul 2007

Mahler - Abbado

La música de Gustav Mahler tiene unas cualidades que van más allá de lo que a simple vista parece ofrecer. En apariencia se trata de una música romántica, un continuador de la tradición basada en el sistema armónico y en la variación temática y motívica. Pero esto no es así. Ya lo entendió en su día T.W. Adorno que dedicó un libro al compositor. En primer lugar, la música romántica en Mahler es traída como el clasicismo en Stravinsky, como algo que se parodia, que se utiliza, pero fuera de su contexto armónico. No se trata de crear resoluciones de tensiones armónicas, Mahler juega con la forma sin proponerse el eterno juego de tónica y dominante. Además era un gran orquestador, al tiempo que un gran director, por lo que en su música es importante el sonido, el timbre, como no lo había sido en ningún músico alemán de los que se suele considerar continuador. A pesar de que su música pueda considerarse antigua, a poco que escuchemos nos damos cuenta de que nunca transita por "lugares comunes". Eso es lo que uno, de forma muy personal y sin ánimo de ofender, detesta de Bruckner e incluso de Brahms. Mahler es siempre imprevisible, nunca está haciendo lo que se debe de hacer, sino lo que quiere hacer en cada momento. A mí me parece un antecedente de Stravinsky (y de Frank Zapppa). Mahler se reinventa a sí mismo constantemente. Cuando se termina de escuchar una de sus sinfonías uno puede pensar que tiene una cierta idea de lo que es Mahler como compositor, pero en la siguiente obra las expectativas se transforman y se llega a la conclusión de que el lenguaje que utiliza es nuevo.
Estoy escuchando versiones de las sinfonías de Mahler por Abbado. Es difícil "leer" las intenciones del autor en las partituras de Mahler. Por eso las versiones que escuchamos llegan a ser tan diferentes. Uno tiene su referente de la Primera en Giorg Solti. Un director brillante y atento al sonido de la orquesta y a los diferentes matices que se van sucediendo, con detalle minucioso. Claudio Abbado parece que se dejara cosas en el tintero cuando uno escucha su versión con la de Solti en la cabeza, aunque es capaz de sacar mucha belleza de su Primera, quizás una lectura más de conjunto.
En la Segunda Sinfonía (Resurrección) hay que huir de las interpretaciones hermenéuticas, (del programa) y escuchar la música y los cantantes en esta maravillosa sinfonía coral.

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