27 sept 2010

Istrucciones para la fabricación de un instrumento polifónico.

Hagamos caso a John Cage y pongamos nuestra atención en escuchar los sonidos que se producen de forma aleatoria y que pueden tener una dimensión tan musical como los de la orquesta. Para ello proponemos la realización de un sencillo ejercicio de construcción organológica.
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La base de este instrumento es un alambre de material sintético del grosor de un sedal de pesca o algo mayor. A esta base la llamaremos aguja. La aguja se fabrica en PVC que es un material un poco más rígido que el nylon con el que se fabrican los sedales. Esta aguja tendrá una longitud variable de entre 60 y 85 mm, terminada en punta, (como todas), siendo algo más ancha en su base. A este elemento básico le uniremos otro, exactamente igual, que irá soldado por la base ensanchada, este nuevo elemento formado por la unión de dos lo llamaremos duplo. Con una docena de duplos formaremos un conjunto en forma de abanico, (como uno a medio abrir), conjunto al que llamaremos precisamente así: abanico. Cada abanico irá unido en su base a un elemento lineal bastante más grueso que las agujas y unas tres o cuatro veces mayor de longitud, llamado ramita, de igual manera que el conjunto de ramita y abanico que recibirá el mismo nombre. Para crear un cuerpo jerárquico adecuado a nuestros fines dispondremos de otras ramitas, estas sin abanico, que recibirán tres o cuatro ramitas completas. Estas ramitas de segundo orden irán sobre elementos más gruesos, (de unos 50 a 80 mm. de diámetro) que llamaremos ramas. De manera irregular, las ramitas y las ramas van creciendo jerárquicamente hasta terminar en un elemento que sustenta el conjunto y que llamaremos tronco, elemento también lineal y así mismo de sección circular de entre 80 y 150 mm. de diámetro. Al llegar a este punto obtenemos el conjunto completo, al menos en lo que a simple vista respecta, puesto que para que sea estable y pueda recibir los empujes que más adelante estudiaremos, es preciso anclarlo fuertemente al suelo. Para esto último dispondremos unos elementos lineales saliendo de la base del tronco y distribuyéndose por el suelo, enterrados y en todas las direcciones, que serán de sección algo menor que la de tronco (en su entroncamiento) y disminuyendo hacia el final. A este nuevo elemento le llamaremos radical y al conjunto de radicales radicación. Es importante señalar que toda la radicación deberá estar bien enterrada y con numerosos elementos en todas direcciones, tomando todo ello una forma próxima a una semiesfera subterránea. Ahora tendremos lo que conocemos como elemento fundamental del instrumento.
Para construir el instrumento se precisa de un número elevado de elementos fundamentales. Estos pueden disponerse a una distancia tal que ocupen 5 m2, (al menos), cada uno de ellos. Pues bien, bajo estas condiciones estaremos hablando de construir un instrumento grandioso que ocupará no menos de 50 hectáreas de terreno, lo que nos da un número mínimo de elementos fundamentales de 100.000. Esta instalación se puede hacer en cualquier terreno natural abierto. Se trata de que el viento haga mover los elementos básicos, (los que hemos llamado agujas), de todos los elementos fundamentales colocados de tal manera que la vibración de estos materiales produzca un susurro, de mayor o menor intensidad sonora y vibrando en variadas longitudes de onda. Este susurro amplificado será la música sinfónico-polifónica que el instrumento produce de manera totalmente aleatoria. El coste de la instalación se estima entre 10 y 20 millones de euros para cada uno de los instrumentos completos. A este coste habrá que añadir el de la maquinaria y mano de obra necesaria para su puesta en obra, lo que estimamos en unos 5 millones de euros más.
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Todo ello se puede sustituir por la presencia del oyente en un pinar, lo cual tiene un coste más reducido y seguramente una mejor dimensión acústica y musical.