6 sept 2007

Más cine, por favor.

Escuchando la 5ª de Mahler, versión Claudio Abbado, es inevitable para el aficionado al cine de Visconti, al llegar al Adagietto, no rememorar la escena con que se inicia "Muerte en Venecia": sobre un fondo en negro, sobre el que van apareciendo los créditos, se dibuja la niebla que se entremezcla con el humo que sale del Vaporetto, el barco que recorre la bahía como un autobús y que va del Lido al Gran Canal. Finalmente se impone la imagen del barco que pasa junto a la cámara para perderse en dirección a Venecia. El barco tiene un aspecto lúgubre, con el humo tan negro que trae a la memoria la barca de Caronte atravesando el Hades. No olvidemos que la historia trata de la muerte y el paralelismo entre la laguna Estigia y la laguna de Venecia es muy fácil. En el salón de casa entra una suave brisa por las ventanas abiertas, es la brisa de la bahía, la que sopla durante el día entre Murano y el Gran Canal, al cabo de un tiempo uno empieza a temer que se ponga a llover y que el pelo se decolore sin remedio. La primera vez que fui a Venecia mi mujer se empeñó en que la única forma digna de entrar en la ciudad vieja era en el Vaporetto como en la película, para lo cual tuvimos que dar un rodeo enorme a la bahía hasta llegar a la punta del Lido. En efecto, la ciudad se va acercando lentamente, de forma imperceptible, al tiempo que se van haciendo más grandes las torres y las grandes cúpulas barrocas que construyó Palladio.
Las relaciones entre el cine y la música son muy importantes desde que se inventó el cine sonoro. De hecho, la primera película sonora es un musical: el cantor de Jazz. Cuando escuchamos el vals de "El bello Danuvio azul" (an der schönen blauen Danau), imaginamos la nave espacial de "2001, una Odisea del espacio" de Stanley Kubrick, quien también fue un gran integrador de música y cine, incluso capaz de dotar de cierta fama a obras contemporáneas, como las piezas corales de Ligeti que aparecen en la película: ‘Lux Aeterna’, ‘Atmosphères’, ‘Adventures’ y su 'Requiem'.
En todo esto estaba yo pensando, cuando van y conceden el Premio Nacional de Cinematografía a un músico: Alberto Iglesias. Me parece muy bien por la música y por el cine.
En épocas anteriores se quiso que la ópera fuera el arte que incluyera todas las artes. Wagner lo llamaba la obra de arte total (Gesamtkunstwerk). Sin embargo creo que ha sido en el siglo XX, con el cine, cuando esto se ha conseguido.

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