30 ago 2007

La Monte Young - El Valle Old.


No siempre vamos a hablar de las cosas que nos gustan. También hay que hacerlo de las que no nos gustan. Seamos coherentes. He estado escuchando obras de La Monte Young y casi no he encontrado nada de interés. Es una de las lacras de las vanguardias: que se empeñan en plantear problemas sin resolverlos. Hay veces que la cosa tiene cierta gracia y supone una experiencia, pero otras veces no. Tengo que reconocer que me resulta simpático John Cage, tengo cierta debilidad por él desde hace muchos años, pero las experiencias más fluxus de Cage no llegan al vacío musical que ofrece La Monte Young.
En Dorian Blues in G, nos presenta un machacón piano (en su justa-afinación) que marca una misma sucesión de acordes mientras que un batería, un bajo y una guitarra eléctricos realizan las tópicas improvisaciones de blues en escalas pentatónicas que fueron repetidas hasta la extenuación por los grupos de rock blancos de los años sesenta: Cream, Gratefull Death, etc. Todo ello durante un mínimo de una hora aburridísima.
Con el Teatre of Eternal Music y la colaboración de Marian Zazeela, (su mujer), grabó la pieza: Drift Study 14 VII 73 9:27:27 - 10:06:41 PM NYC. En esta pieza se oye una especie de zumbido eléctrico, una única onda sonora que resulta en un sonido parecido al zumbido de un transformador y que dura 39’ 17’’. Durante la audición de la pieza sentí como si empezara a haber cierto acontecimiento sonoro que se acumulaba al zumbido, pero al poco me dí cuenta de que habían encendido una máquina en el patio de mi edificio y su sonido era el que introducía una cierta alegría a la monotonía del tema. Es una composición más radical que el 4’ 33’’ de John Cage y más difícil de soportar.
En Pre-tortoise dream music de 1964, un solo bucle sonoro de escasa duración, apenas una vibración, se repite durante 20’ 33’’.
La red está llena de comentarios que lamentan el poco éxito que ha obtenido La Monte Young con su música. No creo que sea extraño que la gente prefiera los mundos sonoros de Steve Reich a las experiencias estéticas (tan extáticas) de Young.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE COMENARIO MAS ESTUPIDO Y SIMPLISTA SOBRE UN MUSICO COMO LA MONTE YOUNG, EN REALIDAD NO ME QUEDO MAS A VER QUE MIERDA PUBLICAS ME BASTO CON ESTA "RESEÑA" MEJOR ESCRIBE SOBRE OTRA COSA

manuel larios dijo...

No es comentario simplista. He escuchado a La Monte Young para hacer el comentario, no es una apreciación superficial. Además me interesa el trabajo experimental de estos autores, pero su minimalismo me parece demasiado radical.
No he hecho este blog para que le guste ha todo el mundo. Ya contaba con eso.

Anónimo dijo...

Oye concha tu madre. Entiendo que hayas escuchado la wea para después poder hablar estupideces, pero si vas a hablar de cosas que no te gustan se espera un poco de distanciamiento del propio gusto. Un análisis, una fundamentación, algo que sea. Y quien mierda te crees llamándolo lacra de las vanguardias, hijo de puta? Mejor no hables ni subas a tu blog cosas que no te gustan, porque no te sale bien.
Y si quieres peliar conmigo podemos encontrarnos en cualquier parte de Barcelona cuando quieras, mamón.

José.

Anónimo dijo...

Hola!
Y hay link para bajarlo? Dónde está?

Oye y escuchaste The Well-tuned Piano?
Ese concierto es muy bueno y para nada aburrido, aunque a mi me gusta mucho todo lo de Young. Si no, pégale una escuchada, quizás te guste. No es taaaaaaan minimalista.

Gracias por el blog, está bueno.

José (no el mismo de el último comentario, jajj)